“¡Hola! Mi nombre es Lino, aunque algunos me conocen como “Lino the Iggy”. Para los que no lo saben, “Iggy” es la abreviatura de Italian Greyhound o Galgo Italiano. Nací en Valencia el 13 de abril de 2019 y fui el único chico de una camada de tres piccolos. Madre vino a conocerme a las tres semanas de nacer y desde entonces su corazón me pertenece. Actualmente comparto casa con mis dos hermanos mayores, Simón (un gato Sphynx al que adoro) y Max (un gato exótico, al que suelo chinchar la mayor parte del tiempo).
Carlina, mi querida mami abrió mi cuenta de Instagram un poco antes de que yo llegara a casa. Compartía fotos que me iba haciendo durante sus visitas a Valencia y mientras tanto se empapaba sobre el mundo del “galgo italiano” en las redes. Es increíble lo rápido que se conecta con perros y personas de otras ciudades e incluso países. Además se podría decir que gracias a ser un perro trilingüe (hablo castellano, valenciano e inglés) he podido llegar a mucha más gente. Amigos, los idiomas son muy importantes...
Madre pasó su infancia rodeada de toda clase de animales... y cuando se independizó, decidió compartir su vida con una preciosa gatita persa de color negro llamada Gaia. Luego llegó Simón, más tarde Max y por último y más importante... YO. Por lo tanto me convertí en su primer perro. ¿Y cuáles son las ventajas de ser el primer perro de una persona? Pues muchas, porque queridos amigos cualquier cosa “mona” será para vosotros. Un collar, una camita, el comedero, el primer trajecito (soy un perro friolero), un pañuelo o una bufanda, hasta llegar al armario. Sí, tengo un armario propio...
Se dice que los galgos somos fotogénicos desde nacimiento ¿no?, pero lo que no sabía era lo que estaba por llegar pues en qué mala hora elegí una madre fotógrafa... Mi vida parecía tranquila, me daban caricias, comida (aunque soy un señorito con este tema, me llaman “el perro de pico fino” y nunca mejor dicho), paseitos, siesta, siesta, siesta y allí estaba ella, mi señora madre, con su teléfono en mano que más tarde pasó a ser una cámara. A cada hora, cada pose, cada gesto, todo le parecía gracioso o bonito y por ello decidía retratarlo y ¡colgarlo en redes!
Algunos dicen que soy como un “Icono de la moda Iggy”, ya que se podría decir que tengo todo tipo de complementos y ropa. Dependiendo de mi estado de ánimo o de la época del año me pongo unas cosas u otras. Además tengo que reconocer que me encanta el “matchy-matchy” con madre, que consiste en vestir con las mismas tonalidades o incluso con accesorios iguales para perros y humanos.
Algo que empezó como un hobby, una forma divertida de pasar el rato ha terminado convirtiéndose en estilo de vida y en un trabajo en equipo. Yo me dedico a posar a cambio de chuches o caricias y a dormir muchas horas porque mi cuerpo me lo pide y madre es mi fotógrafa profesional-personal y manager 24/7.
Por cierto, dato curioso. Para aquellos que no lo saben, soy el muso de madre en su proyecto “Fotografía muy animal”. Llegó un punto en su vida en el cual necesitó un cambio radical a nivel profesional y personal. Y mi belleza galguil no pudo hacer otra cosa que inspirarla para crear este nuevo proyecto. Desde entonces no hemos parado, digo “hemos” porque por si lo dudábais, yo soy su asistente. Acudo a sus sesiones y me encargo de decirle que perros me gustan con ladridos de mayor a menos intensidad (jaja) Y no, no estoy celoso porque retrate a otros perros. Compartir es vivir, además así aprovecho esos ratitos para echarme unas cuantas siestas o para robar alguna chuche si estoy en la sesión...”
Si estáis deseando saber más de Lino y su peculiar forma de vida, podéis encontrarle en su instagram particular como @linotheiggy o como muso y asistente en @fotografiamuyanimal.
¡Sus fotos os van a dejar con la boca abierta!