“¡Hola! Me llamo Lolo y nací el 28 de febrero de 2020 junto a mi hermana Bimba. Era un perrito muy alegre y juguetón y todo era perfecto hasta que cumplí un año. A partir de ahí todo empezó a cambiar. Actualmente soy un perrito enfermo y, por desgracia, sufro una enfermedad rara que no tiene cura. Os contamos desde el principio...
La enfermedad de Lolo ha sido muy difícil de diagnosticar. Ese fue unos de los mayores problemas. Lolo empezó el 3 de marzo a estar apático, sin ganas de jugar ni comer y con una pequeña cojera. Por su corta edad apuntaba a un golpe en el cuello jugando, nadie pensaba que podría haber algo más oculto. Semanas después, viendo que no mejoraba y que cada vez iba a peor, empezaron a hacerle pruebas y salió positivo en Erliquia (enfermedad transmitida por las garrapatas). Con la medicación pautada, esa enfermedad en un mes debería mejorar, pero viendo que no era así, dimos un paso más y empezamos con nuestra lucha: empezamos a pinchar medicación a diario, incluso en varias ocasiones tuvimos que ingresarlo.
Lolo estuvo más de dos meses luchando, con fiebre, sin conseguir reaccionar a ninguna medicación, además de estar cada vez más débil y con anemia.
Después de muchísimas pruebas y analíticas Lolo fue empeorando a pasos de gigante. Las pruebas ya daban negativo en erliquia, (por lo que puede que fuera un falso positivo) pero la fiebre, la cojera y la apatía cada vez iban a más, y él ya no era el mismo, ya no andaba prácticamente ni comía...
Decidimos hacer una ecografía y muy a nuestro pesar salió bastante mal. La cosa pintaba muy mal. Con Lolo en brazos porque ya no se movía, fuimos de urgencia a un hospital veterinario y nos confirman lo peor: Lolo tiene un bulto enorme en el mesenterio (zona del abdomen) y no queda otra que operar de urgencia, si no, no sobreviviría. Lo estabilizan para poder operarlo, ya que entró al hospital sin apenas presión arterial, con 41ºC de fiebre y sin fuerzas de nada. La operación es decisiva, no nos aseguran que salga adelante por la gravedad de su estado y de la zona, por la que tiene paso la vena cava y aorta. Lo más duro fue tener que despedirnos de él sin saber si saldría con vida del quirófano. Pero Lolo sale de la operación, parece un milagro y que todo ha pasado, que solo queda la rehabilitación.
Parecía que todo iba genial, pero a los pocos días Lolo empieza a empeorar, de nuevo vuelve la fiebre y los síntomas anteriores. Nadie sabe lo que tiene y estamos desesperados. Lolo vuelve a ingresar para seguir realizándole pruebas, hasta que nos dan la peor de las noticias: Lolo tiene una enfermedad rara autoinmune que no tiene solución. Es cuestión de tiempo, no sabemos si meses o algún año. Sin embargo, el proceso está yendo más rápido de lo que pensábamos. La única forma de mantenerlo con vida es mediante corticoides a grandes dosis, por lo que pronto empezará a presentar efectos secundarios graves. Ya los estamos sufriendo, pero nos consuela que a día de hoy Lolo no sufre y aunque ya nunca vuelva a ser el mismo, es un perrito feliz y querido y vamos a estar con él hasta el final. Tenemos claro que hemos hecho y haremos todo lo posible por él y su bienestar. No es el tiempo que vivimos, sino la intensidad. A pesar de todo, es un perrito afortunado de tener tantos amigos y tanta gente que ha estado al pie del cañón dándonos fuerza, ánimo y cariño durante todos estos meses. ¡Gracias, gracias y gracias!”
Si queréis conocer más de Lolo y su familia, podéis encontrarles en instagram: @bimba.and.lolo